Ventajas aprender idiomas: 7 razones científicas para hacerlo
1. Mejor «flexibilidad cognitiva»
Según un estudio de The Journal of Neuroscience, los adultos que han hablado dos lenguas desde su infancia tienen mejor flexibilidad cognitiva, es decir, tienen más facilidad para adaptarse a una circunstancia nueva o inesperada que los adultos que sólo hablan una lengua. En el estudio, los participantes tenían que completar una tarea de flexibilidad cognitiva; aunque tanto los adultos monolingües como los bilingües fueron capaces de completarla, los bilingües lo hicieron con más rapidez y además determinadas partes de su cerebro necesitaron menos energía para llevarla a cabo.
2. Agilidad mental durante más tiempo
Esto también se cumple en las personas que aprenden una segunda lengua siendo ya mayores, de acuerdo con un reciente estudio publicado en Annals of Neurology. En la investigación, se realizaron tests de inteligencia a los participantes, hablantes nativos de inglés, cuando tenían 11 años y unas décadas después, cuando cumplieron los 70. La gente que hablaba dos o más lenguas mostró mejores capacidades cognitivas (especialmente en los tests de inteligencia general y de lectura) con respecto a su nivel de base en comparación con las personas que sólo hablaban una lengua.
3. Las palabras se ven de forma diferente a como lo hacen los monolingües
La gente que habla dos lenguas puede procesar ciertas palabras más rápido, sobre todo si dicha palabra tiene el mismo significado en ambas lenguas, según un estudio de Psychological Science. Gracias a la tecnología de movimiento ocular, los investigadores descubrieron que las personas bilingües pasan menos tiempo observando los llamados “cognados” (palabras de distintos idiomas que comparten la misma raíz morfológica, como por ejemplo, “lune” en francés y “luna” en español), lo que sugiere que su cerebro necesita menos tiempo para procesar la palabra, explicaba Scientific American.
4. No hay inmunidad al Alzheimer, pero sí se desarrolla de forma más tardía
Cualquiera puede padecer Alzheimer, pero las personas bilingües desarrollan esta enfermedad cuatro o cinco años más tarde que las monolingües, de acuerdo con los descubrimientos presentados en el encuentro de 2011 de la American Association for the Advancement of Science. En el estudio participaron 450 pacientes con Alzheimer, la mitad de los cuales habían hablado dos lenguas la mayor parte de sus vidas.
5. Los niños resuelven mejor los problemas
Parece que los niños bilingües realizan mejor las tareas que implican creatividad y capacidad de resolución de problemas, según una investigación publicada en el International Journal of Bilingualism. En el estudio participaron 121 niños, la mitad bilingües, y se les pidió que completaran tareas relacionadas con la repetición de series de números, la resolución mental de problemas matemáticos y la reproducción de patrones con bloques de color, explicaba HealthDay.
6. Su cerebro cambia de tarea con más facilidad
Los niños bilingües pueden ser más rápidos al cambiar de tarea, de acuerdo con un estudio de Child Development. En el estudio, tanto niños bilingües como monolingües tenían que observar imágenes de animales o figuras de colores en una pantalla de ordenador. Cuando a los niños se les pidió que pulsaran un botón para cambiar de las imágenes de animales a las imágenes de colores, los niños bilingües lo hacían más rápido.
7. La capacidad de pensar en otra lengua ayuda a tomar decisiones más razonadas
Cuando la gente piensa en otra lengua tiene más probabilidades de tomar una decisión racional en una situación problemática, según una investigación de 2012 de la revista Psychological Studies. Debido a que las personas, por naturaleza, son reacias a la pérdida, tienden a tomar decisiones que la minimicen, aunque la balanza esté inclinada a su favor. No obstante, investigadores de la Universidad de Chicago descubrieron que cuando la gente piensa en una lengua extranjera, esto les da distancia, lo cual les ayuda a tomar decisiones más deliberadas y menos dependientes de las emociones. “Quizás el factor más importante es que una lengua extranjera tiene menos resonancia emocional que la lengua materna”, comentaba Sayuri Hayakawa, investigadora del estudio. “Una reacción emocional puede conllevar decisiones motivadas por el miedo más que por la esperanza, aunque las probabilidades nos sean muy favorables”.
6 de cada 10 españoles estudian inglés por motivos laborales
El inglés está cada vez más presente entre los españoles, que se preocupan día tras día en hablarlo con la mayor fluidez posible. Ante la actual crisis económica, tener un buen currículum vitae y un nivel alto de inglés se considera esencial para poder conseguir trabajo en un mercado cada vez más competitivo y exigente.
Así lo refleja un amplio estudio realizado por ABA English, academia online especializada en una metodología de aprendizaje única basada en los principios del método natural.
Según datos de la reciente investigación elaborada entre más de dos millones de alumnos, el 59% de los españoles estudia inglés por razones laborales, un porcentaje mayor a la media mundial, situada en un 54%. Cada vez hay más estudiantes que consideran que hablar una lengua extranjera es clave para lograr una carrera profesional más fructífera en un mundo cada vez más globalizado. No obstante, el 17% de los españoles reconoce que cursa inglés por sus inquietudes culturales de aprender un nuevo idioma, mientras que un 14% lo hacen para hablar con mayor fluidez en sus viajes al extranjero y el 10% restante por motivos varios.
Los españoles, muy interesados en aprender inglés
Está a la orden del día el bajo nivel de inglés de los españoles en comparación con muchos otros países de la Unión Europea. Hasta un 18% de las personas que acude a aprender la lengua no cuenta con ningún tipo de formación previa al respecto, mientras que un 40% lo hacen tras haber dado sus primeros pinitos en la escuela. Un 27% asegura haber estudiado ya algún curso en academia o en clases particulares. El 15% restante tiene como experiencia previa búsquedas por Internet, entre otras.
Ante la evidente falta de nivel, los españoles se están poniendo manos a la obra para ser cada vez más competitivos en el mundo laboral. Tanto es así que ABA English ya cuenta con cerca de 350.000 de alumnos (17% en cuanto a porcentaje del estudio se refiere) en este país. Lo mismo ocurre con los italianos (17,2), los brasileños (11,8%) y franceses (10,6%). Otros de los países que lideran este ranking son México (8,2%), Colombia (4,2%) y Canadá (2,9%).
El inglés, un valor añadido para trabajar
Tener un buen nivel de inglés es algo deseado por millones de españoles, conscientes de que se pueden quedar aislados laboralmente si no son capaces de hablar la lengua con fluidez. Las empresas valoran que sus empleados estén tratando de perfeccionar su dominio del inglés. Tanto es así que el 57% de los españoles que estudian inglés se encuentran además trabajando. Un dato que refleja la estrecha relación existente entre trabajar y hablar inglés. El resto de los encuestados están buscando trabajo (23%) o aún estudiando (20%).
¿Cuestión de hombres o de mujeres?
A diferencia que en el pasado, son ya muchas las mujeres que ocupan cargos directivos y de alto nivel. Sus inquietudes por aprender son mayores, incluso para mejorar su formación con el dominio de una lengua extranjera. Según el reciente estudio de ABA English, el 54% de los españoles que cursan inglés son mujeres, mientras que el 46% restante son hombres.
Los más mayores, los nuevos estudiantes
Tenemos la tendencia a pensar que el estudio de inglés está hecho para los más jóvenes. Sin embargo, es cada vez más frecuente ver cómo la gente mayor se interesa por aprender una nueva lengua, ya sea por motivos familiares -como puede ser el caso de querer entender un nuevo idioma para viajar a ver a un hijo que vive en el extranjero- o por la simple razón de enriquecerse culturalmente.
Sea como fuere, lo cierto es que el 15% de los españoles que cursa inglés tienen 55 años o más, mientras que el 23% iguala o supera la barrera de los 45 años. El 27% de los estudiantes de esta lengua extranjera tienen entre 35 y 44 años, un 22% entre 25 y 34 años, mientras que, sorprendentemente, los menores de 25 años sólo representan el 14% del total.
Una de cada tres ofertas de trabajo pide saber idiomas y el inglés es el más demandado.
Una de cada tres ofertas de empleo en España requiere conocimientos de, al menos, un idioma, según se recoge en el último informe Infoempleo Adecco del mes de noviembre. Esta tendencia sigue al alza y viene determinada por la actividad laboral que se desarrolla en el puesto de trabajo, los referentes de conocimiento especializado para ese puesto y la nacionalidad de la empresa.
El inglés sigue siendo la lengua más demandada, con el 88,9% de las ofertas. Le sigue (de lejos) el alemán, que se convierte por primera vez en la segunda lengua con el 7,2% de las ofertas, desbancando al francés, que desciende a la tercera posición con el 7,1% de los puestos de trabajo.
Pero, a pesar de que la mayoría de las empresas lo requiere, ¿por qué todavía en España el inglés no se domina correctamente? ¿aprender inglés es realmente complicado para los españoles? ¿cuáles son los motivos de que cause tanta confusión?
1- Familias lingüísticas distintas
El inglés no es una lengua romance, sino que es de origen germánico, por lo que cuenta con sonidos vocálicos que no tenemos. El sistema del español está compuesto por 5 vocales, mientras que en inglés hay más del doble de sonidos vocálicos. Este hecho deja a los españoles más vulnerables que, por ejemplo, los portugueses, ante el inglés. Nuestros vecinos parten con ventaja al contar con un sistema vocálico todavía más complejo que el anglosajón.
2- Traducciones al pie de la letra
El apasionante mundo de las malas traducciones del español al inglés, y viceversa, parece inagotable. Es importante saber que once a day no se traduce como «once veces al día», o que cuando queremos destacar en inglés que algo «es la leche», no hay que soltar It’s the milk.
3- Despiste de género
Los ingleses sufren aprendiendo que «moto» es una palabra femenina, o que «planeta» es masculina, a pesar de sus terminaciones. Pero nosotros también nos encontramos con dificultades cuando tratamos de usar en inglés nuestro pronombre «su», que se acaba desdoblando en his, her o its. Un apunte vital de acordarse si no queremos dar a entender que nuestra novia es un hombre, o que nuestro padre es en realidad una mujer.
4- La ortografía y la pronunciación
El inglés parece carecer de reglas de ortografía y de pronunciación. En castellano, por ejemplo, la «a» siempre se pronuncia «a», sin complicarnos la vida. En cambio, en el inglés la «a» puede sonar «a», como en el caso de Apple, o «ey», como en «ape». Y si la vocal se combina con otra, la pronunciación se enreda todavía más.
5- Sílaba tónica
Algunas palabras que terminan con el sonido «el» se escriben «-el», tales como «novel» o «cancel», pero otras van con «-le» como cable o little. ¿A qué se debía todo esto? Muy sencillo. Las palabras que terminaban en «-el» tenían sílaba tónica aguda, es decir, al final. Pero el idioma ha ido evolucionando y su forma de escribir ya no refleja su pronunciación.
6- Arbitrariedad histórica
Muchos esfuerzos se hicieron en el pasado para estandarizar la forma de escribir el inglés. No obstante, en muchas ocasiones los académicos encargados de ello acabaron creando más caos del necesario.
Por ejemplo, en el siglo XVI decidieron insertar una «b» en las palabras dette (deuda) y doute (duda) para así recordar mejor su raíz latina. Ahora las vemos escritas como debt y doubt, claro que ambas «b» son mudas.
7- Dos son compañía
En castellano los verbos cambian con el sujeto, por lo que no necesitamos mencionarlo. Así, podemos decir tranquilamente «jugó» y entender que se está hablando de la tercera persona del singular. Pero en el inglés es otra historia. Si decimos play podemos estar hablando de él, pero también de nosotros, de ellos… ¡Imposible tenerlo claro! Por ello, en inglés es vital indicar siempre el sujeto si queremos que nos entiendan.
9 razones por las que la gente no alcanza la fluidez en inglés
1. “No soy bueno con los idiomas”
Es cierto que algunas personas son mejores aprendiendo idiomas que otras, pero tienes que aceptar que hay gente que simplemente, con o sin un don, lo anhelan más.
En este sentido, el mejor don que puedes tener es REALMENTE QUERER APRENDER. Al menos que tengas algunas deficiencias de aprendizaje serias, estás en perfectas condiciones para aprender inglés. Puede que requiera de más dedicación y paciencia, mejores estrategias, hábitos de estudio y conciencia de tu estilo de aprendizaje; pero decir que lo que te detiene es el hecho de que no eres muy bueno con los idiomas, no es una buena excusa.
La gran mayoría de la gente que ha aprendido a hablar inglés como una segunda lengua no tiene un don., sino que han aprendido a través del trabajo duro y persistente, evitando excusas y superando los obstáculos que todo el mundo afronta.
2. “Me da mucha vergüenza hablar”
Si no lo usas, lo pierdes. La vergüenza o la pereza que impide que hables hará que olvides todo lo que has aprendido hasta ese momento en tu proceso de aprendizaje. Éste es el gran problema que muchos institutos tienen: no crean suficientes oportunidades para hablar en situaciones auténticas.
Si no usas las cosas básicas que aprendes, ningún tipo de gramática avanzada te ayudará a recordar las cosas que has aprendido superficialmente y olvidado por falta de ponerlas en práctica.
Sumado a esto, el hecho de no hablar contribuye a un bloqueo psicológico de todo el proceso de aprendizaje. Así que ¿cuál es el mejor consejo? Abre tu boca. Ya sea en el aula, en la ducha, con amigos que hablan poco o mucho, o con extranjeros en la vida real o por Skype, deja de sentir vergüenza y ABRE TU BOCA.
3. “Los adultos no aprenden idiomas muy bien”
A pesar de que es cierto que un adulto no tiene la misma habilidad que un niño para aprender un idioma extranjero, creo que muchos no nos estamos dando el crédito suficiente. Ser un estudiante adulto tiene muchas ventajas, como por ejemplo: mayor consciencia de nuestro proceso de aprendizaje, el hecho que sabemos lo que queremos, y el hecho que podemos planificar nuestro proceso.
Mientras que es cierto que la mayoría de los estudiantes de idioma adultos nunca perderán completamente su acento, es posible reducirlo usando métodos inteligentes. Sin embargo, si te estás comunicando bien, ¿cuál es el problema con tener un acento? Es quienes somos, de dónde venimos, y una parte importante de nuestra identidad. A veces incluso nos hace sonar sexy y exóticos.
El mundo está lleno de estudiantes de idioma adultos que hacen un excelente trabajo comunicándose y no hay razón por la que no puedes ser uno de ellos.
4. “No tengo tiempo”
No necesitas inscribirte en un instituto de inglés, pagar mucho dinero, o disponer de varias horas libres por día.
Con tan solo inscribirte y asistir al programa adecuado tendrás mucha ayuda y recibirás una estructura adecuada. Si realmente no tienes tiempo, usa tu imaginación y aprende de la mano de la tecnología en los momentos que más te convenga.
Inglés para la vida es un excelente sitio para comenzar. Allí encontrarás muchos podcasts gratuitos que puedes descargar para aprender mientras, por ejempli, manejas tu auto. Además puedes hacer uso de blogs, videos de Youtube, y muchos otros recursos gratuitos. Si te esfuerzas lo suficiente buscando, encontrarás toneladas de recursos que te ayudarán a aprender inglés sin necesidad de que gastes un centavo.
5.“Necesito ir a un país de habla inglesa”
No necesitas viajar al otro lado del océano para entrar en contacto con el idioma. Hay personas que hablan inglés en todos lados si realmente te tomas el tiempo para buscarlos, y cuando estés en un punto de tu aprendizaje en el que la “inmersión” es algo que te daría un gran impulso, hay otras opciones también.
Puedes encontrar extranjeros en tu ciudad. En Belo Horizonte conozco tres comunidades internacionales: Real Life English, Minas Internacional, y Couch Surfing. Aparte de esto puedes organizar tu vida de forma tal que recibas un constante flujo de inglés nativo, con recursos como podcasts, radios online, programas de televisión, películas, y música.
Lo más importante es hagas del inglés una parte de tu vida. Encuentra la forma para hacerlo divertido.
6. Falta de un propósito claro
Mucha gente no tiene un verdadero PORQUÉ por el cual aprender un idioma. Aun si es cierto que tienes que estudiar inglés por tu profesión, si ésta es la primera cosa que se te viene a la cabeza cuando piensas en el idioma, el proceso de aprendizaje será largo, lento y tedioso. Esto conlleva a la falta de amor por lo que haces y a tener un enfoque mecánico.
Aquellos que aprenden el idioma por motivación externa, generalmente no lo disfrutan. Se aburren y cansan fácilmente y no muy a menudo se dedican a ello.
Mucha gente pretende pagar para que alguien aprenda inglés por ellos, o adquirir el idioma como si fuera un chip que se inserta en el cerebro. No entienden que para aprender un idioma, uno necesita asumir la responsabilidad que ello implica, y no dejar el aprendizaje en las manos de un profesor, instituto o circunstancias de la vida.
Por supuesto, un instituto o un profesor también tienen sus propias responsabilidades a cumplir, pero el profesor en si es más un facilitador que debe mostrarle al estudiante la puerta al aprendizaje. TÚ eres el que tiene que caminar a través de ella con tu propia fuerza de voluntad.
El inglés no es un chip en tu cerebro, sino un proceso personal en el que debes trabajar todos los días. Sí, TODOS LOS DÍAS. La excelencia (=fluidez) no es algo fácil o rápida. No se obtiene con esfuerzos al azar de dos veces a la semana.
8. Falta de un buen plan/método
Si quieres aprender inglés, necesitas decidirte, clarificar los motivos, investigar bien el camino hacia el éxito, y recién entonces ordenar tu vida y ejecutar. A menudo mucha gente no organiza su vida en torno a un aprendizaje exitoso del inglés porque no tienen un buen plan, no se hacen un tiempo para aprender día a día (afuera del aula), y no investigan qué es lo que hace que un instituto y/o método sea bueno.
La gente busca soluciones rápidas y sencillas a los problemas que tienen que afrontar. Si no tienes éxito aprendiendo inglés, detente y pregúntate a ti mismo “¿por qué quiero aprender?” y asume la responsabilidad de tu propio aprendizaje. Y RECIÉN ENTONCES puedes comenzar a buscar gente que te pueda ayudar.
Reflexiona acerca de las cosas que he mencionado aquí y luego conversa con tus amigos que han tenido éxito aprendiendo inglés. Pídeles consejos, investiga en internet, visita varias instituciones, observa algunas clases, y aprende a diferenciar lo que es un uso astuto del marketing y lo que es verdadera calidad.
9. Falta de imaginación
La vida y el inglés no son dos cosas separadas cuando usas tu imaginación para aprender. El problema es que la mayoría de la gente trata al inglés como si fuera una materia de la escuela, lo cual es el peor modo para aprender un idioma. A pesar de que estas estrategias pueden (en cierta medida) ayudar, la fluidez en el inglés no se consigue a través de la memorización, gramática o libros de ejercicios.
La fluidez es una danza, un arte, una práctica y una pasión. El estudiante debe relacionar su experiencia de vida con el idioma, para así poder hacer que su imaginación y estilo de estudio fluyan, y para poder dar significado al proceso de aprendizaje. Esto va de la mano con tener un sentido de propósito (#6) porque la imaginación generalmente proviene de un propósito.
Éstos son algunos signos que pueden indicarte que no estás usando tu imaginación: no te diviertes, no tienes ansias por aprender, inventas excusas, y no utilizas tus habilidades naturales.
Entonces, ¿cómo incentivar tu imaginación? Clarifica cuál es el propósito que te lleva a querer aprender y conéctalo con lo que haces y disfrutas, incluyendo tus habilidades naturales, tus intereses, y tu vida. Eso es imaginación.
Qué puedes hacer hoy
Un desafío para ti: tómate 20 minutos para pensar qué es lo que te detiene. Realiza un lluvia de ideas. Anota en un papel un millón de ideas sin filtro alguno. ¿Por qué quieres aprender inglés? ¿En qué eres bueno y cómo puedes aplicar eso al inglés? ¿Cómo puedes cultivar placer por aprender inglés?
No dejes que ninguna excusa te distraiga. Asume la responsabilidad y acepta las respuestas. Piensa acerca de algo que amas hacer e imagina cómo sería si tuvieras la misma pasión por el inglés. Recuerda: “la vida es un viaje, no un destino”. Exactamente lo mismo es tu aprendizaje del inglés. La pregunta del millón es: ¿cómo podrías disfrutar cada paso y al mismo tiempo estar seguro que estás en el buen camino hacia la fluidez? La respuesta solo la sabes tú.
In Zeiten der Globalisierung, so sehen es Eltern oft, sind Fremdsprachenkenntnisse die Basis einer ordentlichen Karriere. Aus entwicklungspsychologischer Sicht bringt die Mehrsprachigkeit im Kindesalter tatsächlich einige Vorteile mit sich: «Multilingual erzogene Kinder lernen später auch andere Fremdsprachen leichter, weil sie schon früh ein Gefühl für die Systematik hinter einer Sprache entwickeln», sagt Nicola Küpelikilinc, Psychologin und Fachreferentin für Sprachförderung der Stadt Hanau.
Außerdem falle es ihnen leichter, einen anderen Blickwinkel auf Sachverhalte zu bekommen und kreativ auf ihren Alltag zu reagieren. Auch die kommunikative Kompetenz ist laut Küpelikilinc bei mehrsprachig erzogenen Kindern meist ausgeprägter.
Doch nicht jeder Sprachimpuls in der Kindheit fällt auch auf fruchtbaren Boden. Die gebürtige Britin Küpelikilinc hat ihre eigenen Kinder dreisprachig erzogen. Sie ist sich sicher: «Die mehrsprachige Erziehung funktioniert nur dann, wenn das Kind eine emotionale Bindung zu der Sprache aufbauen kann.» Sie rät daher Eltern, die diese Erziehungsmethode wagen wollen, sich im Vorfeld erst einmal damit zu beschäftigen, welche Sprache ihnen selbst am ehesten liegt. Denn wer sich in der Fremdsprache nicht wohlfühle, könne sie nicht authentisch vermitteln.
Emotionale Bindung ist wichtig
Die Expertin ist daher skeptisch, wenn Eltern ihre Kinder aus rein intellektuellen Gründen mehrsprachig erziehen möchten. «Schulische Erfolge sollten nicht der Hauptbeweggrund für die Multilingualität sein. Es ist viel wichtiger, dass die Sprache für das Kind emotional und sozial relevant ist.» So könnten zum Beispiel die Herkunft der Eltern, eine Tante in Frankreich oder eine fremdsprachige Erzieherin eine Basis bilden, durch die Kinder auch kulturell den Bezug zu der Fremdsprache finden.
Der Kontakt mit der neuen Sprache muss nach Auffassung von Küpelikilinc nicht unbedingt schon im Babyalter erfolgen. Man kann mit der mehrsprachigen Erziehung auch erst im Kindergartenalter beginnen. «Das Zeitfenster, in dem ein Kind eine Sprache noch durch bilinguale Erziehung erlernen kann, ist nicht genau festgelegt. Aber ungefähr bis zum zehnten Lebensjahr stehen die Chancen sehr gut», sagt die Psychologin.
Auch Sabine Devich-Henningsen, Leiterin einer deutsch-englischen Kindertagesstätte in Altenholz bei Kiel, sieht den Einstieg in die Multilingualität entspannt. In Altenholz gibt es in jeder Gruppe einen deutschen und einen englischen Muttersprachler unter den Erziehern, jeder wendet seine Sprache ganz selbstverständlich im Umgang mit den Kindern an. «Die meisten unserer Kinder nehmen die neue Sprache sehr gut an, weil sie eine starke emotionale Bindung zu den Erziehern haben», sagt Devich-Henningsen.
Sie rät Eltern, die mehrsprachige Erziehung ihrer Kinder ebenfalls wie selbstverständlich in den Alltag zu integrieren. «Es bringt nichts, wenn man zu Kindern sagt ‘Wiederhol das mal’ oder ‘Schau, der Stuhl heißt auf Englisch chair’. Auch der Erwerb der Muttersprache funktioniert ja nicht auf diese Art», gibt Devich-Henningsen zu bedenken. Die neue Sprache sollte ganz locker immer wieder auftauchen, so dass das Kind sie langsam annehmen kann. «Am besten ist es, wenn eine bestimmte Bezugsperson sich immer nur in der Fremdsprache mit dem Kind unterhält», sagt Devich-Henningsen, «da muss man dann schon konsequent sein.»
Kinder nicht unter Druck setzen
Nicola Küpelikilinc hält auch andere Methoden für sinnvoll. «Jeder muss da sein eigenes System entwickeln», sagt die Psychologin. Es sei auch denkbar, dass beispielsweise die spanische Mutter mit ihrem Kind zu Hause immer nur Spanisch spreche, unterwegs aber auf Deutsch umspringe. «Wichtig ist, dass eine Regelmäßigkeit für das Kind und für die Eltern erkennbar ist», sagt Küpelikilinc.
Die Psychologin warnt vor allzu großen Erwartungen an die mehrsprachige Erziehung. Manchmal reagierten die Kinder zwar schon nach kurzer Zeit auf die neue Sprache, weigerten sich aber, sie selbst aktiv anzuwenden. Küpelikilinc: «Das ist ganz normal. Kinder speichern und sortieren oft sehr lange. Eines Tages, wenn der Gebrauch der Fremdsprache für sie Sinn macht, kommt das Erlernte dann doch noch zum Vorschein.»
ine Sprachverwirrung durch die Multilingualität oder gar eine Verzögerung in der Entwicklung des Kindes müssen Eltern nicht befürchten, sagt Küpelikilinc. «Auch wenn der Kontakt mit der Fremdsprache nur sporadisch, in Early-English-Kursen oder durch fremdsprachige Kindersendungen stattfindet, wird das Kind keinen Schaden nehmen. Auch diese kleinen Impulse können zumindest das Interesse für andere Sprachen fördern.»
Bedenklich sei allerdings, wenn das Kind unter Druck gesetzt werde. «Zu hohe Ansprüche der Eltern führen schnell zu einem regelrechten Lernstress, dem das Kind ausgesetzt wird. Dann kann es sein, dass diese negative Erfahrung mit Fremdsprachen später zu Lernproblemen führt», warnt die Expertin. Es sei daher besonders wichtig, das Kind durch die Mehrsprachigkeit zu begleiten und es bei Anzeichen von Überforderung schnell zu entlasten.
Wir leben in einer Gesellschaft, in der Kommunikation intensiv gelebt wird und diese in unterschiedlichen Sprachen erfolgt. Global gesehen ist Einsprachigkeit die Ausnahme. Durch Aus- und Zuwanderung oder durch den Tourismus fließt unser Leben in unterschiedlichen Sprachen und der Alltag vieler Menschen ist mehrsprachig. Kommunikation ist global geworden und setzt sich über geografische Grenzen und vor allem über Sprachbarrieren hinweg. Diese Tatsache führt dazu, dass sich Eltern bemühen, ihren Kindern Möglichkeiten zu bieten, eine oder sogar mehrere Fremdsprachen auf gutem Niveau zu erlernen. Englisch steht dabei im Zentrum der Aufmerksamkeit.
Diese große Nachfrage hat ein breites Angebot mit sich gebracht: Sprachkurse für Kleinkinder, bilinguale Spielgruppen, bilinguale Kindergärten und Kindergruppen. Die Frage dabei ist jedoch, was ist dabei das Beste für mein Kind und wie sind die Erwartungen der Eltern. Und worauf kommt es bei der Wahl des Sprachangebotes an?
Der Zeitpunkt Eltern fragen mich oft, ab wann man oder besser gesagt kind beginnen sollte. Für eine Fremdsprache ist es weder zu früh noch zu spät. Es kommt dabei eher auf die Erwartungen der Eltern und die Motivation des Kindes an. Die Erwartungen der Eltern sollten aber, das was das Kind und das Familiengefüge leisten können, nicht überfordern. Einmal in der Woche Englisch für Kleinkinder führt die kleinen TeilnehmerInnen des Kurses in die Sprache ein. Wenn dieser spielerisch gestaltet ist, wird es ihnen bestimmt viel Spaß machen. Aber man kann nicht erwarten, dass das Kind Englisch wie ein Native sprechen wird. Dabei geht es eher darum, dem Kind die Sprache lustvoll näherzubringen. Eltern können die Freude an der Sprache auch vorleben, indem sie sich interessiert zeigen, wenn das Kind vom Kurs erzählt oder sein Können vorführt. Jedoch sollten sie nie in die Rolle des Abprüfens verfallen. Dadurch bauen sie Druck auf und dann machen Kinder schnell die innere Tür zu oder noch schlimmer, sie verlieren den Spaß am Englischkurs.
Der Spaß an erster Stelle Beim Fremdsprachenunterricht mit Kleinkindern und Kindern muss der Spaß und die Freude an erster Stelle stehen und nicht die Menge an erlerntem Neuen. Das wird sich später lohnen, weil das Kind eine positive Einstellung zu Fremdsprachen entwickeln wird.
Bilingualer Kindergarten / bilinguale Kindergruppe, ja oder nein? Diese Form der Sprachbildung ist lang erprobt. Bei diesem Angebot kommt es vor allem auf ein solides und professionelles pädagogisches Konzept an. In den meisten Einrichtungen wird das Prinzip der Zweisprachigkeit gelebt und die Kinder kommunizieren täglich in zwei Sprachen mit jeweils unterschiedlichen BetreuerInnen. Dadurch entsteht eine emotionale Bindung zwischen Kind und BetreuerIn in der jeweiligen Sprache. Die Sprachen sollten nicht nur im Alltag verwendet werden. Eine gute pädagogische Arbeit sieht vor, dass in beiden Sprachen aktiv gelebt wird, also zum Beispiel gemeinsames Singen, Bücherlesen, aber auch andere Aktivitäten, die die Sinne anregen, sollten in beiden Sprachen stattfinden. Und schließlich steht und fällt der Erfolg mit dem sprachlichen Niveau der BetreuerInnen. Ein geschultes und professionelles Team wird in der Lage sein, die Kinder zu motivieren und ihnen viel von beiden Sprachen näher zu bringen, sodass im besten Fall eine nahezu muttersprachliche Kompetenz entstehen kann. Was können Eltern tun, um ihre Kinder zu unterstützen? Vor allem eines; die bilinguale Bildungseinrichtung langfristig fortsetzen.
Soll ich mit meinem Kind Englisch sprechen? Eine Frage, die Eltern unter den Nägeln brennt ist: „Kann ich, soll ich mit meinem Kind Englisch sprechen, wenn es nicht meine Muttersprache ist?“ Wenn das sprachliche Niveau nicht absolut exzellent ist, dann auf keinen Fall! Die Antwort ist nein! Sprechen Sie mit Ihrem Kind in Ihrer Muttersprache und überlassen Sie es den geschulten PädagogInnen, die Natives sind, Ihrem Kind die Fremdsprache beizubringen.
Und wenn Ihr Englisch richtig gut ist? Für uns Eltern ist Sprache zentral, wenn es darum geht unseren Kindern Gefühle zu vermitteln. Schon seit Geburt summen wir, erzählen wir, spenden tröstende Worte und Liebeserklärungen. Für unser Kind entsteht eine untrennbare Verbindung zwischen diesen Gefühlen, die wir vermitteln und die Sprache in der wir es tun. Hier gilt es also genau abzuwägen. Ist Englisch nicht die eigene Muttersprache werden viele dieser tiefverwurzelten Gefühle nicht in der gleichen Intensität dem Kind weitergeben werden können, selbst wenn das sprachliche Niveau exzellent ist. Es kommt nicht nur auf die sprachliche Perfektion an, sondern um die emotionale Welt, die wir beim Sprechen mitschwingen lassen. Es ist kein Argument dagegen, ich möchte nur, dass Eltern bei dieser Entscheidung wissen, worauf sie sich einlassen.
Lernen Kinder von alleine? Einen Satz den ich immer wieder höre: „Kinder lernen Sprachen wie von alleine, sie saugen alles auf.“ Aber stimmt das? Meine Tochter besuchte vor einiger Zeit einen jüdischen Kindergarten. Wir, ihre Eltern, sind nicht jüdisch. Im Kindergarten wurden viele Lieder auf Hebräisch gesungen und am Freitag wurde der Sabbat mit den dazu gehörenden Ritualen begangen. Schon nach wenigen Wochen fing meine Tochter an die neu gelernten Lieder zu summen, auf Hebräisch natürlich. Ich glaube sie verstand noch nichts, ich auch nicht, aber es machte uns allen Spaß in den Klang dieser neuen Sprache einzutauschen. Und als ich sie an einem Freitag mittags abholte, begrüßte sie mich mit einem fröhlichen „Schalom Sabbat!“.
Heute, ein Jahr nachdem sie den jüdischen Kindergarten verlassen hat, sind die Spuren des Hebräischen verwischt. Sie kann sich noch an die Zeit dort erinnern, aber sie kann nichts mehr wiedergeben.
Auf die Kontinuität kommt es an Fazit ist, Kinder lernen eine neue Sprache tatsächlich sehr schnell und gut, allerdings vergessen sie diese auch genauso schnell. Wenn Sie wollen, dass Ihr Kind eine Sprache lernt, die Sie selbst nicht als Erstsprache weitergeben können, müssen die Angebote an Ihr Kind Kontinuität haben, damit sich das Erlernte festigen kann.
Wie früh sollten Kinder eine zweite Sprache lernen?
Ob in der ersten Grundschulklasse oder sogar schon im Kindergarten – für viele Eltern kann der Fremdsprachenunterricht bei ihren Sprösslingen gar nicht schnell genug beginnen. Und tatsächlich deuten inzwischen zahlreiche Studien darauf hin, dass es von Vorteil sein kann, wenn Kinder schon früh mit einer zweiten Sprache in Berührung kommen. Das Motto «je früher, desto besser» gilt allerdings nicht immer, mahnen Experten.
Der Mensch ist ein einsprachiges Wesen – das war noch vor 50 Jahren der Tenor unter vielen Sprach- und Bildungsforschern. Ihre Warnung: Nicht nur die Sprache, sondern auch die Sitten würden leiden, wenn ein Kind mehrere Sprachen gleichzeitig lernt. Es bestünde die Gefahr von einer wachsenden Trägheit des Geistes, sich lockernder Selbstzucht und schließlich dem Erschlaffen des Gewissens. Zwischenzeitig war sogar von einem Risiko für Neurosen oder auch Intelligenzdefiziten die Rede.
Inzwischen sehen Experten das Thema Sprachenlernen ganz anders. «Die Annahme, Zweisprachigkeit sei schädlich, ist Unsinn», sagt Frank Königs, Professor für Allgemeine Didaktik und Sprachlehrforschung sowie Leiter des Informationszentrums für Fremdsprachenforschung an der Universität Marburg. Kinder könnten problemlos mit zwei Sprachen aufwachsen und würden mitunter sogar beeindruckende Kompetenzen entwickeln.
Von Entwicklungsvorsprüngen im Denken und Handeln bis hin zu mehr Einfühlungsvermögen gegenüber anderen Menschen: Die Vorzüge der Zweisprachigkeit im Kindesalter sind breit gefächert, wie die Forschung in den vergangenen Jahren immer wieder zeigte. Das Fazit aktueller Übersichtsarbeiten mit dutzenden Forschungsbefunden: Die Kinder können nur gewinnen. In vielen Tests schneiden sie besser ab als Gleichaltrige, zumindest aber gleich gut. Schaden verursacht der doppelte Input in aller Regel nicht.
Entgegen der Befürchtungen früherer Sprachforscher hat Zweisprachigkeit zum Beispiel keinen negativen Einfluss auf die Intelligenz der Kinder. Sie bleiben weder in ihrer Entwicklung zurück, noch sind sie besonders häufig Überflieger. Einzelne Studien weisen allerdings daraufhin, dass der frühe Kontakt mit zwei Sprachen die Gedächtnisleistung positiv beeinflussen kann. Vereinzelt berichten Forscher auch darüber, dass bilinguale Kinder besser ihr eigenes Denken reflektieren können – also das, was in ihrem Kopf vorgeht –, wenn sie die Vokabeln und Grammatik einer Sprache lernen. Sie sind sich ihrer Lernstrategien eher bewusst als einsprachige Kinder.
Zweisprachigkeit verbessert die Aufmerksamkeit
Neurowissenschaftliche Studien zeigen zudem, dass schon kleinste Kontakte mit einer anderen Sprache im Gehirn der Kinder sichtbar werden. In einem Experiment etwa wurden neun Monate alte Kinder, die in einem englischsprachigen Haushalt aufwuchsen, einen Monat lang in ihrem Alltag auf Spanisch angesprochen. Vorher und nachher untersuchten Forscher mit einem Elektroenzephalogramm die Reaktionen des Gehirns auf die beiden Sprachen. Während die Kinder zuvor keine besondere Reaktion auf spanische Laute zeigten, wohl aber auf englische, reagierte ihr Gehirn nach dem einen Monat mit spanischer Ansprache ähnlich wie zuvor auf englische Laute. Und: Sie verarbeiteten die muttersprachlichen Laute sogar schneller als bei der ersten Messung.
Zahlreiche Studien weisen darauf hin, dass zweisprachige Kinder außerdem Informationen schneller verarbeiten und ihre Aufmerksamkeit gezielter lenken können. Ihre exekutive Kontrolle, also die Fähigkeit, sich auf bestimmte Aspekte zu konzentrieren und andere zeitgleich auszublenden, scheint besonders ausgeprägt. Das prüften Forscher etwa mit einem Test am Computer. Dabei wurden den Kindern nacheinander Bilder mit Fischen gezeigt, die entweder alle in eine oder in unterschiedliche Richtungen blickten. Die Kinder wurden gebeten, sich auf den Fisch in der Mitte des jeweiligen Bildes zu konzentrieren. Schaute dieser nach links, sollten sie auf der Tastatur den Pfeil drücken, der ebenfalls nach links zeigt – egal wohin die anderen Fische auf dem Bild wiesen.
Generell gilt bei diesem Test: Kinder wie Erwachsene drücken schneller die korrekte Taste, wenn die Ausrichtung aller Fische übereinstimmt, und brauchen länger und machen Fehler, wenn die Fische oder Symbole unterschiedlich ausgerichtet sind. In einem Vergleich zwischen einsprachigen und zweisprachigen Kindern im Grundschulalter trumpften letztere in dem Test auf. Sie waren flinker und machten weniger Fehler als ihre einsprachigen Altersgenossen. Fähigkeiten, die Forscher in unterschiedlichen Experimenten wiederholt fanden. Selbst bei sieben Monate alten Kleinkindern konnte ein Wissenschaftlerduo zeigen, wie viel leichter die zweisprachigen unter ihnen zwischen zwei Aufgaben umdenken konnten.
«Die Theorie dahinter ist einleuchtend: Wer mit mehreren Sprachen aufwächst, lernt auch, zwischen unterschiedlichen Sprachsystemen hin- und herzuschalten», erklärt die Psychologin und Sprachwissenschaftlerin Pauline Schröter vom Max-Planck-Institut (MPI) für Bildungsforschung in Berlin. Ein Beispiel: Wenn ein Junge deutsch und dänisch gelernt hat und nun Besuch von seiner dänische Tante hat, dann spricht er mit ihr dänisch. Währenddessen unterdrückt er das deutsche Vokabular und die Grammatik, also die unwichtigen Informationen in seinem Kopf. Wechselt er im Gespräch mit seiner Mutter ins Deutsche, ist ihm vor allem diese Sprache präsent, das Dänische wird dann weggedrückt. «Es ist verlockend zu denken, dass solch ein Mechanismus auch Vorteile für andere kognitive Prozesse hat. Die Befunde über solche Effekte sind allerdings durchaus widersprüchlich: Während einige Forschungsgruppen kontinuierlich über bilinguale Vorteile berichten, finden andere eher gegenteilige Effekte», sagt Schröter.
Zwischen den Kulturen wechseln
Das Vermögen, zwischen zwei oder mehreren unterschiedlichen Sprachsystemen wechseln zu können, scheint dennoch bedeutsam und sich in anderen Fähigkeiten bemerkbar zu machen. In zahlreichen Untersuchungen stachen bilinguale Kinder etwa als kreativere Köpfe hervor. Es fiel ihnen leichter als einsprachigen Kindern, in verschiedene Richtungen und abstrakter zu denken. Die Annahme: Sie sind es gewohnt nicht nur zwischen Sprachen, sondern auch zwischen Kulturen zu «switchen».
Das könnte auch erklären, warum bilinguale Kinder sich verschiedenen Studien zufolge besser in andere Menschen hineinversetzen können als einsprachige Kinder gleichen Alters. Das prüften Wissenschaftler etwa, indem sie ihren kleinen Probanden eine Smarties-Packung vorlegten. Die Forscher fragten die Kinder, was sich ihrer Meinung nach wohl darin befindet. Zusammen mit dem Versuchsleiter durften sie schließlich nachschauen. Dabei stellte sich heraus, dass in der Packung tatsächlich gar keine Smarties waren, sondern beispielsweise Buntstifte. Anschließend wurden die Kinder befragt, was wohl ein anderes Kind denken würde, was sich in der Papprolle befindet. Kinder, die sich noch nicht in andere hineinversetzen können, antworten dabei «Buntstifte», weil sie zwischen ihrem eigenen Wissen und dem der anderen Person noch nicht unterscheiden können. Bilingual aufgewachsene Kinder waren in diversen Untersuchungen mit ähnlichem Ablauf hingegen eher dazu fähig zu differenzieren als Gleichaltrige mit einer Sprache.
Damit Kinder tatsächlich von einer frühen Zweitsprache profitieren können, müssen allerdings bestimmte Bedingungen vorherrschen. «Sie müssen in ihrer Muttersprache ihrem Alter entsprechend gefestigt sein. Sonst geht der Versuch nach hinten los», erklärt Schröter. Die Gefahr, dass das Kind am Ende weder die eine noch die andere Sprache ordentlich sprechen kann, ist dann groß. Auch mache es einen Unterschied, wie intensiv das Kind mit der anderen Sprache in Kontakt kommt. «Wer möchte, dass das Kind die zweite Sprache genauso gut spricht wie seine Muttersprache, wird das nicht mit wöchentlich ein bis zwei Stunden erreichen», sagt die Sprachwissenschaftlerin. Immer mehr Kindergärten böten solche Sprachprogramme inzwischen unter dem Namen «bilingual» an. Das schüre jedoch falsche Erwartungen. In Kindergärten, die wirklich bilingual sind, gehöre die zweite Sprache zur tagtäglichen Kommunikation dazu.
Eine frühe Fremdsprache ist kein Muss!
Der Marburger Sprachlehrforscher Frank Königs warnt trotz der vielen positiven Forschungsbefunde davor, bilinguale Konzepte flächendeckend in deutschen Kindergärten einzusetzen: «Nicht alle Kinder eigenen sich gleichermaßen für die Mehrsprachigkeit. Das hat nichts mit Intelligenz zu tun, sondern damit, ob ein Kind sprachbegabt ist und ob es auch von seiner Persönlichkeit her offen für Fremdes und Neues ist.» Diesen Kindern falle das Lernen leicht, andere könne die zweite Sprache überfordern. «Nur weil es möglich ist, dass Kinder zweisprachig aufwachsen, muss man das nicht unbedingt auch umsetzen», sagt der Sprachlehrforscher. Wenn ein Elternteil eine andere Sprache spricht, die Familie Verwandte im Ausland hat oder viel in eine bestimmte Region reist, kann es sinnvoll sein, die jeweilige Sprache schon früh an das Kind heranzutragen. «Ich bin aber skeptisch, wenn Eltern ihre Kinder in einen bilingualen Kindergarten geben, weil die Sprache, die dort gesprochen wird, dem Kind später zu einer steilen Karriere verhelfen oder ihm in der Schule Vorteile verschaffen könnte», sagt Königs.
Wissenschaftliche Erkenntnisse zeigen, dass Mehrsprachigkeit für den Menschen grundsätzlich kein Problem darstellt. Die Sprachlernfähigkeit ist sogar prinzipiell darauf ausgerichtet. Der Großteil der Weltbevölkerung wächst mehrsprachig auf, Einsprachigkeit dagegen ist eher ein europäisches Phänomen. (Mehr dazu: Mehrsprachigkeit bei Kindern und Erwachsenen)
Während Kinder hierzulande lange erst in der weiterführenden Schule eine Fremdsprache erlernten, entwickelte sich in den letzten Jahren ein Trend hin zur mehrsprachigen Erziehung sehr kleiner Kinder. Teil eines Förderwahns? Vielleicht, wenn Eltern selbst keine Muttersprachler sind und/oder ihre Kinder Vokabeln und Grammatik pauken lassen.
Doch wenn man es richtig angeht, bringt es viele Vorteile mit sich, im frühen Kindesalter mehrere Sprachen zu lernen:
1. Vorteile mehrsprachiger Erziehung – und ein großes Achtung!
Weitere Sprachen zu lernen fällt leichter: «Multilingual erzogene Kinder lernen später auch andere Fremdsprachen leichter, weil sie schon früh ein Gefühl für die Systematik hinter einer Sprache entwickeln», sagt Nicola Küpelikilinc, Psychologin und Fachreferentin für Sprachförderung der Stadt Hanau gegenüber Spiegel Online.
Kreativität, Flexibilität und Empathie: Außerdem, so Küpelikilinc, seien ihre kommunikativen Kompetenzen meist ausgeprägter und sie könnten kreativer auf ihren Alltag reagieren. Es gibt außerdem Hinweise, dass mehrsprachige Kinder schneller und gezielter Informationen verarbeiten können. Und: Sie könnten sich besser in andere Menschen hineinversetzen als gleichaltrige Kinder, die nur eine Sprache sprechen.
Interkulturelle Kompetenzen: Dazu erweitern Fremdsprachen natürlich den Kreis an Personen, mit denen gesprochen werden kann, ungemein. Durch die Beschäftigung und Wertschätzung anderer Sprachen kann auch das Interesse für andere Kulturen gefördert werden – ein Schritt hin zu einer offenen und toleranten Gesellschaft.
ACHTUNG: Wichtig bleibt dabei, dass dem Kind nichts aufgezwungen wird. Lernstress kann zu negativen Assoziationen mit der Sprache führen – dadurch können Kinder langfristig die Motivation und den Spaß daran verlieren.
2. Sprachentwicklung bei Kindern – in diesem Alter lernen wir am besten
Die Sprachentwicklung bei Kindern verläuft zeitlich sehr unterschiedlich. Einige wenige Kinder können bereits mit zehn Monaten erste Wörter deutlich aussprechen, andere erst mit 20 oder 30 Monaten. Auch darum gibt es keinen wissenschaftlich belegten optimalen Zeitraum, in welchem Kinder besonders gut Fremdsprachen lernen.
Aber: Die Fähigkeit, eine Sprache als Muttersprache zu erwerben, verändert sich ab dem dritten bis vierten Lebensjahr deutlich und nimmt ab etwa sieben Jahren weiter stark ab.
Dass Erwachsene immer schlechter Sprachen lernen als Kinder, ist wiederum nicht eindeutig bewiesen. Sie lernen eben anders. Kinder lernen spielerisch und durch Nachahmen und Ausprobieren, Erwachsene lernen dagegen eher systematisch. Kinder, die früh eine andere Sprache lernen, können aber im Gegensatz zu erwachsenen Lernern ein muttersprachliches Niveau bei Akzent, Aussprache und Grammatik erreichen. Bei Erwachsenen ist dies selten der Fall.
3. Kinder mehrsprachig erziehen? Wichtige Rahmenbedingungen:
Ganz natürlich: Sprachen lernen zu können, ist Kindern angeboren, sie bringen das Handwerkszeug dazu quasi mit auf die Welt. Ganz natürlich und spielerisch lernen sie im Laufe der Zeit mit Wörtern, Sätzen und Satzbau umzugehen. Vokabeln pauken oder systematisch Grammatik lernen müssen sie dazu nicht.
Enge Beziehung zwischen Sprecher und Kind: Kinder brauchen Sprachvorbilder, mit denen eine direkte und intensive Kommunikation möglich ist. Eine vertraute Bezugsperson ist dafür optimal geeignet, da ein Kind dieser zuhört und über Themen spricht, die für es selbst wichtig sind.
Muttersprachler: Wenn Ihr Kind mehrsprachig aufwachsen soll, ist es wichtig, dass die Sprache von den «Sprechenden» sehr gut beherrscht wird (wenn Sie nicht selbst Muttersprachler sind, können vielleicht Verwandte wie Oma und Opa, Erzieher oder Lehrer Ihrem Kind eine Fremdsprache näher bringen).
Feste Sprachregeln: Besonders in den ersten vier bis fünf Lebensjahren ist es förderlich, wenn die Bezugspersonen konstant in einer Sprache sprechen, zum Beispiel Mama Deutsch und Papa Türkisch. Ebenso kann die Unterteilung in eine Familien- und eine Umgebungssprache (Kita, Schule) helfen.
Anreize bieten: Kinder lernen am erfolgreichsten, wenn sie (spielerische) Erfahrungen mit allen Sinnen machen. Ein paar Tipps:
Sprechen Sie über Alltägliches, Dinge im Haushalt, über Ihre Erlebnisse, Liebe, Ihren Ärger … Eine bunte und vielfältige Sprache beeinflusst den Wortschatz und die Grammatik positiv.
Schauen Sie fremdsprachige Filme oder Bücher an, oder hören Musik und Hörspiele.
Auch Fingerspiele, Reime und Gedichte eignen sich gut, um spielerisch mit Fremdsprachen in Kontakt zu kommen.
Zeit investieren: Ein Kind lernt nicht automatisch eine Zweitsprache, nur weil diese ab und zu mit ihm gesprochen wird. Unter anderem spielt die zeitliche Intensität eine wichtige Rolle. Wenn ein Kind eine andere Sprache quasi nebenbei lernen soll, muss es diese also möglichst häufig in seinem Umfeld hören.
Ausgeglichenheit: Häufigkeit und Dauer, mit der das Kind mit den verschiedenen Sprachen in Kontakt kommt – zum Beispiel inner- und außerhalb der Familie –, sollten möglichst ausgeglichen sein.
Gleichstellung aller Sprachen: Alle Sprachen und die dazugehörigen Kulturen sollten die gleiche Wertschätzung erhalten. Eine Sprache/Kultur also nicht besser oder schlechter bewertet werden als eine andere. So können die Kinder eine positive Beziehung zu den Sprachen aufbauen.
Dranbleiben: Kinder können Sprachen, die sie einmal gelernt haben, auch wieder komplett verlernen, wenn sie keine Möglichkeit haben, diese anzuwenden.
4. Mehrsprachigkeit im Kindergarten – Darauf sollten Sie achten:
Eine Möglichkeit, Kinder mehrsprachig zu erziehen, bieten bi- oder multilinguale Kitas. Dort gibt es neben Deutsch eine oder mehrere weitere Sprachen, die von den Erziehern gesprochen werden. Multilinguale Kinder können in diesen Kitas ihre Familiensprachen anwenden und vertiefen, aber auch Kinder ohne andere Familiensprachen als Deutsch können so verschiedene Sprachen erlernen.
Darauf sollten Sie achten, wenn Sie eine mehrsprachige Kita für Ihr Kind suchen:
Feste Sprachregeln, wie «eine Person – eine Sprache». In vielen mehrsprachigen Kitas sprechen die jeweiligen Erzieherinnen oder Erzieher mit den Kindern konstant in jeweils einer Sprache.
Erzieher sollten Muttersprachler sein.
Die Fachkräfte, welche die Fremdsprachen mit den Kindern sprechen, sollten in den jeweiligen Gruppen dauerhafte Erzieher sein, damit die Kinder eine enge Beziehung zu ihnen aufbauen können.
Genügend mehrsprachige Anreize auf verschiedenen Ebenen: Singen, Literatur und Musik aber auch Gesprächsrunden, in denen die Kinder sich in den Sprachen ausprobieren können.
Hinweis: Fremdsprachenkurse, die zum Beispiel einmal wöchentlich in der Kita stattfinden, ergeben weniger Sinn. Die Kinder werden meist von einem externen Lehrer, zu dem sie keine intensive Beziehung haben, unterrichtet. Sie kommen nur punktuell im Rahmen des Unterrichts mit der Sprache in Berührung und nicht kontinuierlich in ihrem Kita-Alltag.
5. Mehrsprachigkeit in der Schule – Darauf sollten Sie achten:
Damit das Kind die Sprache nicht wieder verlernt, hilft es sehr, wenn es diese kontinuierlich hört und spricht. Hat der Nachwuchs also einen bi- oder multilingualen Kindergarten besucht, kann der Besuch einer mehrsprachigen Schule sinnvoll sein, um die Sprachkenntnisse weiter zu festigen.
Dort werden ganze Schulstunden in unterschiedlichen Fächern in verschiedenen Sprachen abgehalten, und nicht – wie an „normalen“ Schulen oft üblich – etwa nur im Englischunterricht. So können die Kinder in verschiedenen Kontexten mit den Fremdsprachen in Kontakt kommen und ganz in diese eintauchen. «Immersionsunterricht» nennt sich dieser Ansatz. Auch hier gilt ebenso wie im Kindergarten: Achten Sie auf ein umfassendes Konzept und muttersprachliche Lehrer, die dauerhafte Bezugspersonen sind.
6. Unser Fazit: Mehrsprachigkeit ja, aber bitte mit Spaß!
Grundsätzlich ist das Kindesalter also eine wunderbare Zeit, um Fremdsprachen zu lernen. Das Wichtigste bleibt dabei allerdings, dass Kinder die verschiedenen Sprachen gern sprechen und weitestgehend mühelos in ihren Alltag integrieren. Falscher Ehrgeiz der Eltern, der zu Druck und Stress führt, sollte unbedingt vermieden werden.
When it comes to teaching kids a second language, there can be a confusing array of choices. Here’s some information on the most popular methods to help you find the right way for your child to learn another language.
Bilingual immersion is a teaching method that is gaining popularity in the United States. In this type of program, learning a second language is integrated with the academic curriculum. Students as young as preschool are placed in a classroom setting where all the teaching, as well as the usual conversation, is done in the language the kids are learning. «This teaches them a second language the way they learn their first language,» says Nancy Rhodes, Director of Foreign Language Education for the Center for Applied Linguistics. In some programs, called two-way bilingual immersion, some of the students are native English speakers while others are native speakers of the target language, so the kids can learn from one another. However, these programs may not be available in all school districts, and even then, they usually only offer the most popular languages.
Extracurricular programs can provide linguistic learning opportunities in areas where bilingual education programs aren’t available. They usually take place on a weekend morning or a weekday afternoon, like the one my son attended. Extracurricular classes are a good way to learn languages that are less common and not taught in public schools. The pitfall is that the courses can take time away from other activities, such as sports or music, and sometimes kids can feel too mentally drained after a full week of school to spend yet another day in a classroom.
Books and videos use your children’s reading and screen time to introduce them to the sounds and writing of other languages. Iria Nishimura, a native of Finland, sent her children to a Finnish language class when the family lived in the San Francisco Bay area. But their new hometown of Sacramento does not have such programs. Nishimura keeps up their exposure to the language by providing Finnish books and videos to her sons, who are now nine and six.
Speak to them if you are fluent in a foreign language. «Speaking another language at home was like eating or sleeping, part of our home life. Nothing to it. The kids have never commented to me if learning Finnish was hard or not,» says Nishimura. «When they talk to their friends, sometimes I hear them bragging about knowing another language.»
Travel to a foreign country so kids can experience other languages and cultures. Of course, this is not always possible, so what about visiting neighborhoods where other languages are spoken? «I encourage parents to make their children more aware of languages around them,» says Rhodes. She believes it’s important to start the conversation with kids about how interesting other languages are. «When you hear other languages, point out, ‘Oh wow, they’re saying hello, but they’re saying it differently.'» Also, learning about culture can make learning the language easier and more interesting.
Make it fun! «When a child feels like they’re being taught something, they can tune out and become disinterested very quickly,» says Karen Wu Audi, cofounder of the aha! Chinese language program. «So instead, I’ve always tried to weave in learning naturally and make it fun at the same time.»
Most of all, don’t give up. I was discouraged at my son’s reluctance to speak in Chinese, but Rhodes says that’s actually a common phase. «There’s a silent period in second language learning,» says Rhodes. «But if children are given the opportunity to hear a language, comprehension is developing.»
Young children are still using their individual, innate language-learning strategies to acquire their home language and soon find they can also use these strategies to pick up English.
Young children have time to learn through play-like activities. They pick up language by taking part in an activity shared with an adult. They firstly make sense of the activity and then get meaning from the adult’s shared language.
Young children have more time to fit English into the daily programme. School programmes tend to be informal and children’s minds are not yet cluttered with facts to be stored and tested. They may have little or no homework and are less stressed by having to achieve set standards.
Children who have the opportunity to pick up a second language while they are still young appear to use the same innate language-learning strategies throughout life when learning other languages. Picking up third, fourth, or even more languages is easier than picking up a second.
Young children who acquire language rather than consciously learn it, as older children and adults have to, are more likely to have better pronunciation and feel for the language and culture. When monolingual children reach puberty and become more self-conscious, their ability to pick up language diminishes and they feel they have to consciously study English through grammar-based programmes. The age at which this change occurs depends greatly on the individual child’s developmental levels as well as the expectations of their society.
Stages in picking up English
Spoken language comes naturally before reading and writing.
Silent period When babies learn their home language, there is a ‘silent period’, when they look and listen and communicate through facial expression or gestures before they begin to speak. When young children learn English, there may be a similar ‘silent period’ when communication and understanding may take place before they actually speak any English words.
During this time parents should not force children to take part in spoken dialogue by making them repeat words. Spoken dialogues should be one-sided, the adult’s talk providing useful opportunities for the child to pick up language. Where the adult uses parentese (an adjusted form of speech) to facilitate learning, the child may use many of the same strategies they used in learning their home language.
Beginning to talk After some time, depending on the frequency of English sessions, each child (girls often more quickly than boys) begins to say single words (‘cat’, ‘house’) or ready-made short phrases (‘What’s that?’, ‘It’s my book’, ‘I can’t’, ‘That’s a car’, ‘Time to go home’) in dialogues or as unexpected statements. The child has memorised them, imitating the pronunciation exactly without realising that some may consist of more than one word. This stage continues for some time as they child picks up more language using it as a short cut to dialogue before they are ready to create their own phrases.
Building up English language Gradually children build up phrases consisting of a single memorised word to which they add words from their vocabulary (‘a dog’, ‘a brown dog’, ‘a brown and black dog’) or a single memorised language to which they add their own input (‘That’s my chair’, ‘Time to play’). Depending on the frequency of exposure to English and the quality of experience, children gradually begin to create whole sentences.
Understanding
Understanding is always greater than speaking and young children’s ability to comprehend should not be underestimated, as they are used to understanding their home language from a variety of context clues. Though they may not understand everything they hear in their home language, children grasp the gist – that is they understand a few important words and decipher the rest using different clues to interpret the meaning. With encouragement they soon transfer their ‘gist’ understanding skills to interpret meaning in English.
Frustration
After the initial novelty of English sessions, some young children become frustrated by their inability to express their thoughts in English. Others want to speak quickly in English as they can in their home language. Frustration can often be overcome by providing children with ‘performance’ pieces like ‘I can count to 12 in English’ or very simple rhymes, which consist of ready-made phrases.
Mistakes
Children should not be told they have made a mistake because any correction immediately demotivates. Mistakes may be part of the process of working out grammar rules of English or they may be a fault in pronunciation. ‘I goed’ soon becomes ‘went’ if the child hears the adult repeat back ‘yes, you went’; or if the adult hears ‘zee bus’ and repeats ‘the bus’. As in learning their home language, if children have an opportunity to hear the adult repeat the same piece of language correctly, they will self-correct in their own time.
Gender differences
Boys’ brains develop differently from girls’ and this affects how boys pick up language and use it. Sometimes mixed classes make little provision for boys, who may be overshadowed by girls’ natural ability to use language. If young boys are to reach their potential, they need some different language experiences with girls and their achievements should not be compared with those of girls.
Language-learning environments
Young children find it more difficult to pick up English if they are not provided with the right type of experiences, accompanied by adult support using ‘parentese’ techniques.
Young children need to feel secure and know that there is some obvious reason for using English.
Activities need to be linked to some interesting everyday activities about which they already know, eg sharing an English picture book, saying a rhyme in English, having an ‘English’ snack.
Activities are accompanied by adult language giving a running commentary about what is going on and dialogues using adjusted parentese language.
English sessions are fun and interesting, concentrating on concepts children have already understood in their home language. In this way children are not learning two things, a new concept as well as new language, but merely learning the English to talk about something they already know.
Activities are backed up by specific objects, where possible, as this helps understanding and increases general interest.
Reading
Children who can already read in their home language generally want to find out how to read in English. They already know how to decode words in their home language to get meaning from text and, if not helped to decode in English, may transfer their home language-decoding techniques and end up reading English with the home language accent.
Before they can decode English, young children need to know the 26 alphabet letter names and sounds. As English has 26 letters but on average 44 sounds (in standard English), introducing the remaining sounds is better left until children have more experience in using language and reading,
Beginning reading in English goes easily if young children already know the language they are trying to read. Many children work out by themselves how to read in English if they have shared picture books with adults or learned rhymes, as they are likely to have memorised the language. Reading what they know by heart is an important step in learning to read as it gives children opportunities to work out how to decode simple words by themselves. Once children have built up a bank of words they can read, they feel confident and are then ready for a more structured approach.
Parental support
Children need to feel that they are making progress. They need continual encouragement as well as praise for good performance, as any success motivates. Parents are in an ideal position to motivate and so help their children learn, even if they have only basic English themselves and are learning alongside their young children.
By sharing, parents can not only bring their child’s language and activities into family life, but can also influence their young children’s attitudes to language learning and other cultures. It is now generally accepted that most lifelong attitudes are formed by the age of eight or nine.
What’s the best way to teach children a second language? New research produces surprising results
People often assume that children learn new languages easily and without effort, regardless of the situation they find themselves in. But is it really true that children soak up language like sponges?
Research has shown that children are highly successful learners if they have a lot of exposure to a new language over a long time, such as in the case of child immigrants who are surrounded by the new language all day, every day. In such a scenario, children become much more proficient in the new language over the long term than adults.
But if the amount of language children are exposed to is limited, as in classroom language learning, children are slow learners and overall less successful than teenagers or adults. How can we explain this apparent contrast?
Researchers have argued that children learn implicitly, that is, without conscious thought, reflection or effort. And implicit learning requires a large amount of language input over a long period of time.
As we get older, we develop the ability to learn explicitly – that is, analytically and with deliberate effort. Put differently, adults approach the learning task like scientists. This explains why more mature classroom learners have greater success: they can draw on more highly developed, efficient, explicit learning processes which also require more effort.
Which is best?
When it comes to learning a language, however, it is not a question of either implicit or explicit learning. They can coexist, so it is more often a question of how much of each approach is used.
In our new study, we asked whether younger children who are generally thought to learn implicitly had already developed some ability to learn explicitly as well. What’s more, we looked at whether the ability to analyse language can predict foreign language learning success in the classroom.
We worked with over 100 Year 4 children, aged eight to nine, in five primary schools in England. The children took a number of tests, including a measure of their language learning aptitude, which assessed their ability to analyse language (language-analytic ability), to memorise language material (memory ability) and to handle language sounds (phonological awareness).
Over one school year, the children participated in language classes for 75 minutes per week. For this purpose, they were divided into four groups.
In the first half of the school year, each group was taught, respectively, German, Italian, Esperanto or Esperanto with a “focus-on-form method”. This method involved the teacher drawing the children’s attention to regular patterns in the language, asked them to think about what particular parts of words might mean or how sentences are put together in the language, for example. In other words, the children were encouraged to use their language-analytic ability, taking an explicit approach.
In the other groups, language was taught in a way that is typically used at primary school, that is, entirely playfully with games, songs and worksheets. This method is more likely to result in implicit learning.
In the second half of the school year, all groups experienced the same type of language class: they all learned French, taught with a focus-on-form method. For our study, we assessed the children’s progress in French over the second half of the school year and then looked at whether any components of their aptitude – language-analytic ability, memory ability, phonological awareness – would predict their success in learning French.
If children learn implicitly, we would expect that memory ability would be most important. In other words, the ability to pick up language material as you hear and see it is most relevant. If children learn above all explicitly, we would expect that language-analytic ability would be most important.
The results
Differently to what people might expect, we found that the children’s language-analytic ability was most important, followed by phonological awareness. These two abilities contributed to predicting the children’s achievement in French, while memory ability was only marginally relevant. This suggests that children as young as eight or nine years can indeed learn explicitly to some extent, if the teaching method they experience encourages them to engage in analysis of the language to be learned.
Our results are in line with a previous study which directly compared children and adults experiencing different teaching methods. Here the researcher also found that learners’ use of an explicit approach in the foreign language classroom did not exclusively depend on age, but on how learners were taught. This means that even younger children can approach a learning task like scientists.
Of course, it is important to note that children of primary school age are still developing their ability to learn explicitly. Therefore, we cannot expect to teach them languages in exactly the same way as we would teach teenagers or adults. But some activities that encourage children to consciously reflect on and analyse the language material to be learned can be introduced to make best use of the limited class time that is available for foreign language teaching.
One of the benefits of children learning foreign language at an early age is that young children’s brains are forming neural connections and are developmentally at their best for introducing a foreign language. It’s much easier for young children to become fluent in another language than it is for older children and adults. Learning a foreign language at an early age can also help children become better at problem solving, critical thinking, and multitasking among other cognitive benefits.
Even though the benefits of children learning a second language have been highly researched, there’s not a concrete answer on how to teach a child a foreign language. Early foreign language education is an increasingly popular topic that has not been fully explored by many schools and centers in the United States. However, there are a few tips you should keep in mind when teaching a foreign language to young children.
Don’t «teach» young children a foreign language. You want to let young children pick up the language naturally through conversation and by using context clues.
Switch one word out at a time. When you’re talking (or reading) to children, try to switch out one word in a sentence for a word in a different language. Think of this as a word-by-word approach to helping children learn a foreign language.
Read bilingual books to young children. By reading books that have words in English and another language, you can help children learn their own language while also learning the equivalent in a foreign language.
Play bilingual music in the learning environment. Playing bilingual music or music in another language is a great way for young children to pick up on the meaning of words by using context clues. It’s also a great way for children to work on their listening and critical thinking skills.
Once young children have started to learn how to read, try labeling items with sticky notes that contain the written word for each item in Spanish or another foreign language. For a variety of materials that can help with teaching kids a foreign language, shop our selection of bilingual and Spanish children’s books and the bilingual category of our Language and Literacy section.
Is learning a foreign language good for kids at a young age?
In general terms, the younger someone’s mind is, the easier it is to learn a second -or even third- language. If you are thinking about teaching your children a foreign language, find out more about what considerations you should keep in mind.
Learning a foreign and new language involves an obvious amount of effort for anyone, either a child or an adult, but the younger you are the easier it is – after all, do you remember learning to speak English?
When considering teaching your children a foreign language, it is important to think about the benefits that knowing and gaining this skill might bring to your kids in the future. At a career-wise level, professionals able to communicate in a second or third language are always more desirable since they can embrace additional responsibilities and job opportunities.
In this sense, you may want to think about languages that could be more useful to know in the future. For instance, English is nowadays the main language for business at a global level, which is why families all around the world are prioritising English as one of the best languages to learn. In addition, languages such as Chinese-Mandarin, Spanish and Portuguese are becoming increasingly popular as business-skilled languages.
Studies suggest that at a cognitive and academic level, children learning an additional language are more creative, better at solving complex problems and usually score higher on standardised tests. Once children know a second language, it is easier for them to understand further languages structures, which is why experts say that every new language learnt is easier than the one before.
At a personal level, the more languages a person speaks, the better access he or she will have to different people and resources from other countries and cultures. Additionally, it helps children to better understand other cultures, expressions and styles of communication. This can encourage children to appreciate how big the world is and will open their mind greatly – which is always a good thing.
Finally, children that are advanced or fluent in a foreign language will feel especially satisfied when practising it abroad. Discovering that they are able to communicate with foreign people will boost their self esteem, autonomy and confidence.
The younger, the better? When kids are still babies, their mind is being constructed and structured every day in order to understand the stimulus that they get from the world around them.
Experts say that children who learn a language before their teenage years are more likely than older learners to achieve native-like pronunciation. Furthermore, research has found that kids have an innate ability to acquire the rules of any language – an ability that disappears by adulthood.
Although children’s minds are known for being «like a sponge» which absorbs everything, it is recommended to give them enough time to acquire and fully understand one language before introducing another one. Otherwise, they might go through a confused time in which they won’t actually know how to express themselves.
Anyhow, it is an obvious fact that the more years committed to learning a language and the more use of it made, the greater the proficiency that will be achieved.
What’s the best age for children to learn a second language?
Until the 1990s, many American parents refrained from teaching their young children a second language for fear of confusing them.
In fact, as recently as 1999, researchers had published papers claiming that teaching your child a second language before they have mastered a first language could result in double semi-lingualism; i.e., the child does not develop full proficiency in either of the two languages. People who follow this school of thought on the best age to learn a second language believe that children should not be exposed to a second language until the age of approximately 11-13 years.
However, most current research suggests this fear is unfounded, and some evidence suggests that we may never be able to become perfectly bilingual if we start learning the second language after age 10.
[That being said, it’s far from impossible to learn a language as an adult. Although children may have some advantages over adults when learning a language, in some ways, adults are better suited than children to learn a second language.]
All that is to say that children can learn two languages at once and there are many benefits to learning a second language as soon as possible. We’ll explain why in more detail below!
Being bilingual vs. being fluent Being bilingual and being fluent in a second language are not quite the same thing. Anyone who has taken the time to become fluent in a second language can tell you that. Becoming fluent in a second language is almost like memorizing your times tables. It can feel like second nature, but almost everyone has blanked once or twice on 7 x 8. (It’s 56, in case it slipped your mind!)
For example, those who are fluent in Spanish (for example) may need to occasionally refresh themselves on when to use “por” vs. “para” (both mean “for” in English, but are used for different situations in Spanish). In contrast, being bilingual means you can think in either language easily, and misusing “por” would be akin to saying something like “There is fewer snow in Florida than New York.” A person fluent in English may confuse “less” and “fewer,” but a native or bilingual speaker would never make that mistake.
You’re not going t0 be able to avoid memorization with language learning. There’s a ton of vocabulary and grammar concepts that you’ll need as a solid base when starting to speak and understand a new language. This is why Brainscape’s spaced repetition system for foreign languages is the best way to effectively remember new concepts over the long term.
Just remember that learning a new language is and always will be much more difficult than memorizing your times tables, or even memorizing thousands of new words. Because of challenges like proper pronunciation and understanding a completely different grammar structure, it’s important to start as early as possible.
Language and your child’s brain Clearly, if your goal is to have your child learn a second language, it would be preferable for your child to be bilingual as opposed to fluent. Your child will have a much easier time speaking two languages if his or her brain learns both language structures at the same time.
Let’s take a look at some of the developmental changes that occur in the brains of babies and children, when it comes to language acquisition. This information can help us make informed decisions about guiding learning.
The first month — Newborn babies develop new synaptic connections at the rate of up to three billion per second (Kotulak, 1996). Everything that a baby hears, sees, feels, tastes, and touches is absorbed by the brain.
One to six months — In this time period, babies are capable of making sounds used in all the languages in the world. However, a child will learn to talk using only the sounds and words in their environment. That’s why you may never be able to properly roll your Rs or pronounce Xhosa, an African “click” language unless you learn it very early.
Six to eight months — The baby’s brain has about 1,000 trillion synaptic connections. After this age, the number of connections begins to diminish. The brain starts to pare down the connections that are not used and strengthen ones that are used more often.
Age 10 — About half the connections have died off in the average child. The average adult has approximately five hundred trillion connections, so the number has reached a stable state.
Age 12 — Prior to about this age, the brain has been a sponge for language. It is during this period that the foundations for thinking, language, vision, attitudes, aptitudes, and other characteristics are laid down. After this stage of development, the windows close; the fundamental architecture in the brain for language is complete.
The best age to learn a second language According to this model, it is clear why some believed it was best to start teaching a second language at the age of 11-13. The child could more easily understand the lesson, and would likely seem to make progress more quickly than a younger child. However, a child who is first exposed to a second language at this later age will not intrinsically learn it in the same way a baby or toddler would (especially when it comes to pronunciation and particular puns or nuances).
Other researchers claim that the window for language learning closes even earlier, by age 6 or 7. Therefore, the best age to learn a second language is essentially from birth, or as early as possible. There isn’t a fully complete answer to this question, but most linguists now agree: the sooner you get started, the better.
Better late than never Remember that you can still learn a new language past the «window of opportunity» period. There are tons of benefits to exercising your brain by practicing a new language, so don’t be put off by the idea that you’ll never speak on a native level. Tools like Brainscape’s foreign language flashcards can make it fun and easy to drill vocab and grammar and learn a second language at any age!
The first step to teaching your child a foreign language is to start as soon as possible. Start now, no matter how old your child is. Even babies can learn a foreign language if they are exposed from birth.
Many argue that there is a “Critical Period” where a child’s ability to learn a new language diminishes as they get older. It doesn’t mean that older children can’t still learn a foreign language. It may just mean they learn differently, or it may not be as easy. Introducing a language early on will give your child the best chance at mastering a foreign language as they get older.
2. Start teaching the basics
Even if you don’t know the foreign language you are teaching, you can start with the basics. Just hearing the target language can help children get an ear for the different tones.
Learn the colours and shapes together, lear/n to count together, and sing songs. Play games together. Label things around the house and practice identifying them.
One the most effective ways to teach your child a foreign language is by listening to music, so have songs playing in the background constantly and after a while your child will be bopping along singing the words.
Engaging in activities that your child loves and make language learning enjoyable. Children learn better when they are having fun. Whether it be playing games, or drawing, take advantage of play time together to introduce new vocabulary and phrases.
3. Take advantage of foreign language resources
When teaching your child a foreign language, resources will be your best friend. Research online for things such as foreign language books, language apps, online language programs, games and activities. Use screen time to your advantage and allow your child to watch their favourite cartoons or tv programs in a foreign language.
You can find an exhaustive list of language resources on Bilingual Kidspot, which includes over 15 languages that will help to teach your child the target language.
4. Seek outside support
Outside support can be very helpful when you don’t speak a second language yourself. Find a language immersion class in your area, or a foreign language class. Lessons from a native speaker in the target language will be a great help, even if you can only manage a couple of times per week. Learning a second language can only work with enough exposure and resources.
5. Find opportunities to practice the target language
While language classes, groups, and other study materials will set down a good foundation for language learning, you will need to find ways for your child to actually practice what they have learned. It isn’t enough to simply listen or study words. Children need to use a language to master it.
Hiring and Aupair or bilingual nanny, or even hosting an exchange student are great ways to teach your child a foreign language. Having a native speaker around in a natural environment will help your child learn the language in a natural way and give them plenty of time to practice.
Join social groups with people who speak the language or travel to countries where the language is spoken to give your child more exposure.
Find your child a pen-pal from a foreign country so they can practice their writing skills, and learn about the culture as well as the language.
In other words, find people or situations where you are surrounded by people who speak the language your child is learning. It won’t be easy, and it won’t happen overnight. But teaching your child a foreign language is a gift that can last a lifetime.
It goes without saying that having a foreign language under your belt is a great advantage in the workplace and in the job market too. We know that kids are like sponges – their brains exhibit a high degree of ‘neuroplasticity’ so early childhood is an ideal time for parents to introduce foreign languages to their children. If you want to ensure that your efforts are fruitful and as effective as possible, follow these 5 tips on how to help your child learn a second language quickly and efficiently while having fun.
1. Lessons with native speakers
It can’t go without being said that contact with the target language is fundamental. Online language classes for children with native qualified teachers are becoming an ever more popular affordable option to help kids learn quickly with the best trainers available. Seeing as communication is the aim of the game, a skilled native teacher is capable of encouraging young learners to communicate and will facilitate the learning and consolidation of more complex grammar rules. Furthermore, the bond that blossoms between teacher and student leads to confidence and a feeling of comfort in the child. A child who is happy and confident is going to progress rapidly, that’s for sure. The use of webcam technology such as Skype enables parents to organize lessons at the most convenient times right from the comfort of their homes. This also helps to make the children more at ease, especially at the beginning when they can be very shy.
2. Set your TV to the target language
Whether your prefer Netflix, HBO, YouTube or Amazon Prime video, most platforms these days have an option to select and change the audio language. Peppa pig and paw patrol for the youngest, Jessie and Pokemon for the bigger boys and girls – there is usually something available to meet all tastes. Don’t be tempted to used the dubbed version, watching TV in a foreign language helps children develop essential listening skills in as well as what can only be described as an instinct for understanding context. This instinct enables children to be able to pick up a language quickly when it comes to grammar and vocabulary points later in life. An interesting option here is to use the subtitles in the same language as the content you’re watching. If you are trying to help your kids to learn English for example and they can already read, then by all means activate the subtitles in English so that they can read along and learn spelling and associate written words with their pronunciation.
3. Phone and tablet language learning apps
Take advantage of the digital age and the tendency that most youngsters have these days to stay glued to a screen for hours on end! Apps are addictive – they are designed to be that way, so you can almost guarantee that your child will get hooked if you find the right app in play store. Educational language apps for kids are motivating, in addition to being a great way to encourage independent learning from a young age. It has been clearly demonstrated that motivation is an important factor in any learning process, motivated children will learn more quickly.
4. Music, songs and dance
Kids love to move, especially the littlest ones. Just the thought of having a child sit still at a table looking at boring flashcards and expressionless faces is a nightmare for many parents. Take advantage of those naturally wiggly bottoms and have your children get up and dance to songs in the language you would like them to learn.
This is highly effective because not only are the little tots absorbing the sounds and foreign words as the bop along, but also the movement means that blood is pumping faster round their system and their senses are actually neurologically stimulated. The language learning is quicker and more effective as a result.
5. Start as young as possible
It is said that the fetus in the womb is capable of distinguishing sounds in speech as soon as the hearing apparatus develops. With reason, it is therefore believed by neuro-linguistic experts that talking to your pregnant belly in a foreign language as well as your native tongue is not only stimulating in terms of neuronal development, but also beneficial in terms of language acquisition in the womb. It cannot be stressed enough that it is never too early to start introducing foreign languages to children, in fact, the younger, the better. While it is true that older children and adults are capable of learning languages later in life, there is no comparison when it comes to accent and pronunciation of a language learnt very young.
So there you have it, the top five tips on how to help your kids learn languages quickly from Break Into English, who provide English classes via Skype for children of all ages. Be sure to try them out and let us know how you get on – if you have any more to add to the list, leave a comment below.